jueves, 13 de septiembre de 2007

“TRAS ESTO PUEDE HABER UN NUEVO MOVIMIENTO, BANDAS O NARCOS”


El cientista político Guillermo Holzmann desmenuza las últimas jornadas de violencia
LAS ULTIMAS NOTICIAS SERGIO RODRÍGUEZ P.4

A la hora de analizar la violencia callejera del 11 de septiembre, el cientista político Guillermo Holzmann, Subdirector del Centro de Estudios Públicos de la Universidad de Chile, parte eliminando la relación ideológica con 1973 y el gobierno militar.

“Aquí está sucediendo algo fuerte y cuya actual expresión es una violencia en aumento, pero que no se puede explicar por ninguna fecha políticamente emblemática del siglo XX. El muchazo que hoy le dispara a la policía en una barricada ya no lo hace con ese recuerdo ni con esa motivación. Eso ya pasó”, dice.

¿Y cómo se podría explicar entonces este fenómeno?

Hay tres elementos sociológicamente interesantes de este 11 de septiembre: el aumento de armas utilizadas en la calle; la masiva presencia de jóvenes y la organización de ellos. No se trata de focos de violencia aislada y casual. Claramente hay alguien que los convence que lo adiestra, los organiza, los instiga.

¿Y usted cree que hay algún grupo concreto detrás de esto?

Se deben investigar muchas hipótesis. Puede ser el nacimiento de un nuevo movimiento social, bandas delictuales o bandas de narcotraficantes. Pero las muchedumbres que en la historia han explotado por frustración son espontáneas, son esas de palos y piedras. Aquí, en cambio, vemos armas, confabulación, estrategias de copamiento de territorio y un enfrentamiento táctico con carabineros.

Es decir que este “11” no o sorprendió.

Para nada. Es cosa de revisar las protestas callejeras del último año y medio, incluyendo las escolares. La gran constante es que hay un Chile donde la clases política discute y se relaciona a través de los medios. Y otro Chile que está a muy lejos de esa discusión, que se moviliza con otros códigos y que no responde a una ideología partidista sino sólo a un violento rechazo al sistema. En la calle no hay líderes visibles y es un gran error pensar que todo esto es responsabilidad del gobierno de turno. Es un fenómeno seria que requiere más estudio.

También parece haber cierta resignación de la gente a “guardarse más temprano”

En América Latina, donde hubo gobiernos dictatoriales, quedó como herencia social un claro temor a cualquier manifestación de violencia. Todo el mundo prefiere esconderse en su casa. Las barras bravas del fútbol son el mejor ejemplo. A su paso todos se corren, porque aquí se le teme a la violencia organizada.

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